Los coches son máquinas complejas compuestas por miles de piezas y componentes, y como cualquier dispositivo mecánico, son susceptibles a fallos y averías. Algunas de estas fallas son fáciles de reparar, mientras que otras pueden requerir un mayor desembolso económico. A continuación, se describen las averías más comunes que pueden ocurrir en los coches:
- Batería: La falla de la batería es una de las razones más comunes por las que el coche no arranca. La batería suministra energía a los sistemas eléctricos, incluido el motor de arranque. Generalmente, basta con reemplazar una batería desgastada para que el coche vuelva a funcionar.
- Frenos: El sistema de frenos es crucial para la seguridad del vehículo. Ante una falla en los frenos, es necesario acudir al mecánico de inmediato. Las fallas más comunes son el desgaste de las pastillas de freno, pérdida de líquido de frenos o problemas con el sistema ABS.
- Motor: El motor es el corazón del coche, por lo que su avería puede ser costosa. Los problemas más frecuentes incluyen fugas de aceite o líquido refrigerante, sobrecalentamiento, fallos en los sellos o desgaste de los cojinetes.
- Caja de cambios: La caja de cambios transmite la potencia del motor a las ruedas. Las fallas comunes son fugas de aceite, problemas de sincronización de marchas, fallos en el embrague o daños en los mecanismos de cambio.
- Sistema de refrigeración: Este sistema mantiene la temperatura adecuada del motor. Las averías más comunes incluyen fugas de líquido refrigerante, fallos en el termostato o en la bomba de agua.
- Neumáticos: Los neumáticos son el único punto de contacto entre el coche y la carretera. Revisar su estado regularmente es fundamental para la seguridad. Las fallas más frecuentes son el desgaste de la banda de rodadura, pinchazos o el desgaste desigual de los neumáticos.
- Electrónica: Los coches modernos están equipados con sistemas electrónicos avanzados que también pueden fallar. Los problemas más comunes incluyen fallos en el sistema de encendido, sensores defectuosos o problemas con la electrónica de control.
- Suspensión: La suspensión absorbe las irregularidades de la carretera y asegura el confort al conducir. Las fallas comunes son el desgaste de los amortiguadores, muelles o las barras estabilizadoras.
- Inyectores de combustible: Los inyectores suministran combustible al motor. Su fallo puede causar una combustión irregular, lo que reduce la potencia del motor y aumenta las emisiones de gases.
- Silenciadores: Los silenciadores forman parte del sistema de escape y reducen el ruido y las emisiones de gases. Si están dañados, aumentará el ruido del vehículo y las emisiones contaminantes.
Autor: Juan Carlos Jiménez
